El tratamiento para la cura de esta enfermedad va mucho más allá de la recuperación del peso perdido. Aparte de una alimentación nutritiva, la persona que padece de esta enfermedad, deberá someterse a una terapia psiquiátrica.
Se han dado casos extremos, en los cuales el paciente ha tenido que ser hospitalizado.
Los objetivos de estos tratamientos es regularizar la alimentación en el individuo y tratar que el entorno familiar solucione sus disfunciones, ya que el papel de la familia es fundamental para la recuperación.
Se recomienda en el caso de los padres del afectado que traten de hacer encontrar a su hijo los valores perdidos, fomentar su iniciativa, independencia y autoestima. Deben ayudarlo a manejar su ansiedad, y si se manifiestan actitudes sospechosas no hay que incubrirlas, sino pedir ayuda profesional rápidamente.
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